Piso en un bajo en Teis
Nuestra sociedad en particular no está acostumbrada a vivir a pie de calle, en parte porque nuestras calles no están preparadas para ello. Desde principios del boom urbanístico en los años 60, la ciudad se ha pensado para el coche y meramente desde la especulación urbanística.
Calles sin un atisbo de humanidad ni vegetación, con aceras reducidas, carriles apretados y el permiso para correr facilitado por los semáforos; imponen el ruido y la desafección por el espacio público. A esto se le añade una proporción entre altura de edificios y ancho de calle completamente inadecuada.
Para más sufrimiento de las periferias densificadas como en la que se sitúa este espacio, internet desplaza al comercio tradicional en favor de las compras online, significando el inevitable cierre de los comercios tradicionales y vaciando la calle.
La floristería más antigua de las que quedaban en funcionamiento en Vigo, cierra por jubilación y falta de relevo. El único destino viable para su local, en esta calle, es la vivienda.
La Avenida Buenos Aires es la primera salida de la autopista AP-9 en la ciudad. Conecta directamente con los antiguos astilleros de Teis, que no disponen de accesos de alta capacidad, y soporta por tanto un denso tráfico de camiones de gran tonelaje a diario.
El proyecto ocupa un bajo comercial generoso en una poco frecuente disposición a tres fachadas que le permiten iluminar su interior, pero que por desgracia tampoco ofrecen un panorama más favorable. Por suerte, al otro lado de la calle se sitúan los jardines de la asociación de vecinos, y no otro edificio de nueve plantas.
Con estos condicionantes, el proyecto se piensa desde las sensaciones, el subconsciente y el imaginario cultural.
Un filtro, una barrera, una puerta, una transición, una separación… un zaguán con orientación suroeste genera el desdoblamiento de la fachada. El círculo como gesto amable, el color como alegría.
El interior se aborda desde tres ópticas superpuestas: la continuidad lumínica, la variación de escala y la asociación volumétrica.
La geometría del local, resultante de la disposición central del núcleo de comunicación del edificio, fragmenta un espacio que se hubiera preferido concentrado. En respuesta a este condicionante, se generan una sucesión de espacios “a dos aguas”, aprovechando la gran altura libre del local, y se interconectan mediante galerías.
La sensación de moldeo o tallado, la continuidad de las superficies blancas y los elementos de enlace en sutil gris guijarro para los lacados; generan el espacio protegido deseado. Un mundo interior que permite crear un “hogar” interior al margen del agresivo mundo exterior.
Funcionalmente, la disposición de espacios se ve especialmente condicionada por la superposición de una geometría previa compleja y el cumplimiento de normativa. Se fragmenta el área pública de la vivienda, entendiendo la cocina – comedor como espacio semipúblico, y vinculando un estar, que además acoge una zona de estudio, al mundo de lo privado.
La primera de las dos galerías, imprescindible por la disposición del portal del edificio, se aprovecha como espacio de almacenaje. La segunda, transición a los dormitorios, se emplea para acceder a los espacios de servicio: baño y lavandería.
Una antigua galería de salida al fondo del local se aprovecha, forrándola con chapa perforada, como pequeña terraza para el dormitorio principal, permitiendo que se abra un gran ventanal para ampliar sus límites visuales.
Situación: Vigo
Constructora: Pórtico Vertical
Fotografía: Roi Alonso Fotografía