Casa N31
La propuesta recupera una construcción inacabada del año 78. Una vivienda unifamiliar típica del furor constructivo de la época, y compartiendo tópicos con la mayoría de construcciones repetidas en la época: una casa de piedra (cómo no!), planta de vivienda en un nivel superior con una escalera exterior más presencial que funcional, orientación a la calle (aunque sea al norte), ninguna vinculación con la parcela y una presencia en el territorio más que negativa (menudo tejado). Un simple pseudorectángulo en el que repartieron estancias a ambos lados de un pasillo.
Más de cuarenta años después, la sucesión familiar, con nuevos conceptos, decide recuperar la vivienda. Se les plantea la creación de un gran espacio a doble altura que permita atravesar visualmente, de suroeste a nordeste y de arriba abajo, toda la vivienda.
El nuevo hogar familiar orbita en torno a dos espacios comunes de vida pública: en planta baja, la zona de día principal, transparentada hacia el jardín con su gran cerezo en una nueva gran apertura; y en planta alta, el espacio de las niñas, abierto hacia las vistas aprovechando el que era el gran ventanal del salón original.
La propuesta se basa en una conservación, estructural y constructiva, mayoritaria; por responsabilidad y empatía. Distintas incisiones practicadas en fachadas y forjado facilitan la aparición de un espacio interior que se significa en cómo la luz penetra en el interior. El norte para la planta alta, en la doble altura, inundando la casa de luz indirecta. El oeste, donde se concentra el jardín, avanzando al interior y aprovechando el sol de tarde en invierno.
El impresionante cerezo protagoniza la conexión de la vivienda con el exterior. Se formalizan los nexos a través de listones de madera de castaño. El nexo con el jardín, en un “portal” que se prolonga en el pavimento exterior. El nexo con la planta alta, en una escalera que se desvanece según asciende al espacio superior.
En la planta alta, el área de juegos para las niñas permite la conexión familiar, la libertad para desordenar, y sobre todo la creación de lugares de apropiación para las niñas. En la ventana: el diván de lectura. Bajo la escalera: la casita de juegos.
Los dormitorios se disponen orientados al sur, aprovechando la liberación de la escasa distancia a los vecinos que sufre la planta baja.
El dormitorio principal, con un gran vestidor, se sitúa al oeste, creando una continuidad visual con el cerezo en la apertura de un nuevo hueco al final de la perspectiva del pasillo transformado en pasarela. En planta baja, la zona de servicios y almacenaje se concentra al este, conectada con el área exterior de los coches, tras una puerta oculta en la pared.
Los huecos de fachada se liberan de la concepción “clásica” de la casa original: la repetición que no tiene en cuenta orientación ni función del interior. Se recompone libremente el aspecto exterior de la vivienda, visibilizando las cicatrices del pasado, abriendo nuevos huecos al sol y cegando parcialmente los innecesarios al norte.
Situación: Vigo
Constructora: Construcciones Castro Figueiro SLU
Fotografía: Roi Alonso Fotografía