Casa Chouza

Casa Chouza

La aproximación al lugar donde se implanta una vivienda en ocasiones deja una sensación agridulce. El potencial de la riqueza espacial de una parcela en ladera, en el límite de lo edificado y rodeada de bosque, contrasta con la agresiva presencia de una edificación vecina de cuatro alturas prácticamente encima al sur, dándole sombra en invierno, y con una porción edificable que roza el absurdo: un ancho variable de tres metros y medio a cinco metros.

La propuesta de proyecto permeabiliza la vivienda en sentido este – oeste, compensando la inexistencia de superficie disfrutable de jardín con la continuidad espacial entre la entrada y la terraza que se dispone como final de la planta alta.

El volumen, necesariamente compacto por los condicionantes urbanísticos, se fragmenta sobre el desnivel, quebrándose en dos piezas entrelazadas en vertical, finalizando en una cubierta que se eleva finalmente para captar la luz y los rayos de sol de invierno que la edificación vecina le niega.

Se dota de ritmo a la fachada mediante el relieve de los paneles de Viroc y el modo de entrelazarse con el revestimiento continuo de la planta alta. Se cuidan los encuentros en base a la modulación de los paneles. Los huecos de fachada aparecen como resultado del deslizamiento de los volúmenes aparentes.

La inclinación alterna de los paños inclinados de cubierta dota de un escape espacial a un interior reducido. Se le añade la conexión visual directa con las copas de los árboles, y una disposición lineal que potencia las sensaciones de continuidad que compensan los reducidos cien metros cuadrados construidos con los que cuenta la vivienda.

Invertimos el programa, situando la zona pública en la planta alta, permeable y unida al paisaje. En la planta baja, una disposición en peine en torno a un corredor que se hace uno con el dormitorio secundario, pensado para subdividirse en el futuro, gracias a dos correderas y a la duplicidad de armarios que completan el servicio de la vivienda.

El planteamiento bioclimático se centra en el aprovechamiento viable de la escasa orientación sur prestada por la edificación que le da sombra. El pasillo de planta baja se emplea como acumulador térmico, dejando una fachada norte prácticamente ciega para minimizar las pérdidas a través de los huecos.

 

Situación: Beade, Vigo